Lanús e Independiente se quedaron en promesas. Todo lo que se esperaba en la previa, luego no se vio en la cancha. Así, igualaron 0-0, en un resultado que no deja bien parado a ninguno de los dos.
El partido comenzó ya trabado y con dos equipos más predispuestos a ‘pelear’ que a jugar. El “Rojo” empezó presionando, algo que se fue diluyendo con el paso de los minutos. Esto, generó que el “Granate” se adelante en el campo e intente manejar la pelota. Sin embargo, el local no estuvo criterioso, ya que sólo Pizarro intentaba generar juego, teniendo en cuenta que Regueiro estuvo ‘ausente’.
El partido comenzó ya trabado y con dos equipos más predispuestos a ‘pelear’ que a jugar. El “Rojo” empezó presionando, algo que se fue diluyendo con el paso de los minutos. Esto, generó que el “Granate” se adelante en el campo e intente manejar la pelota. Sin embargo, el local no estuvo criterioso, ya que sólo Pizarro intentaba generar juego, teniendo en cuenta que Regueiro estuvo ‘ausente’.
Igualmente, todo cambió a los 29 minutos del primer tiempo, cuando Germán Delfino expulsó al mejor jugador hasta ese momento: el propio Pizarro. ¿Fue justa la roja? No. La amarilla era lo más justo.
Esta situación obligó a Independiente a cambiar abruptamente lo que tenía pensado. El plan de Brindisi era defenderse y luego salir rápido de contragolpe. Y aquí, ante esta situación, el “Rojo” se mostró como un equipo carente de ideas y fútbol. Su rival tenía un hombre menos, y el visitante nunca supo cómo lastimarlo, ya que le faltaba juego asociado. Ausente Montenegro, nadie se hacía cargo de la pelota. ¿Lanús? Con sus ‘sanas’ intenciones de hacer circular el balón, hacía que no se note que jugaba con 10.
Así terminó el primer tiempo. Y así transcurrió el complemento. Lanús hacía circular el balón e Independiente corría detrás de la pelota. Sin embargo, no hubo jugadas de riesgo en ninguno de los arcos y ‘nadie’ estuvo cerca de quedarse con la victoria.
Lanús quiso pero no pudo encontrar los caminos. Independiente, directamente nunca se animó a ganarlo y se mostró como un equipo nervioso (algo que parecía haber perdido en los últimos dos partidos). Así, se quedaron con un empate que no le sirve a ninguno.
El “Granate” perdió la punta; mientras que el “Rojo” tuvo una nueva muestra más que para quedarse en Primera División ya no depende de sí mismo, debido a que ahora está ‘atado’ exclusivamente a lo que haga Quilmes.
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